A 43 años de la trágica guerra de Malvinas, Ruth Morton, una mujer de 97 años que se define como "anglouruguaya", reveló que realizó tareas de espionaje para la corona británica desde el puerto de Mar del Plata. En una entrevista para el podcast BBC Outlook, Morton expuso una trama de espionaje que conecta a Reino Unido con Uruguay, hasta hoy desconocida. Desde el puerto de Mar del Plata, Morton reportaba los movimiento navales argentinos de los submarinos ARA Santa Fe, ARA San Luis y ARA Santiago del Estero y era supervisada desde Montevideo.
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Ruth es hija de Eddie Morton, un empresario británico y su esposa Margaret, enfermera, quienes aparte de Ruth tuvieron dos hijas antes, Rose Lily y Miriam. Ruth es la mejor de las tres, nacida con una década de diferencia. Su familia siempre estuvo ligada a los servicios de inteligencia británicos. En 1939, año en el que los nazis comenzaron la Segunda Guerra Mundial al invadir Varsovia, Eddie Morton trabajaba en las Oficinas Centrales del Ferrocarril de Montevideo, que por las fuertes relaciones comerciales que en ese momento el país tenía con Gran Bretaña, se convirtió en un brazo de la inteligencia inglesa en Sudamérica. En ese marco convocó a sus dos hijas mayores a que interceptaran mensajes, los transcriban y los tradujeran.
“Él conocía su deseo de ser útil para la causa. Sabía que serían buenas en ese trabajo. Estoy segura de que el hecho de que hablaran ambos idiomas fue una gran ventaja”, indicó Ruth sobre la decisión de su padre de que sus hijas se involucraran en el espionaje.
Cómo llegó Ruth a la inteligencia británica en Malvinas
37 años después de que terminó la Segunda Guerra, la familia Morton fue recordada por la inteligencia británica por su actividad durante la lucha contra los nazis. Miriam, la hermana mayor de Ruth, fue convocada nuevamente a servir a la Corona. En ese momento ella trabajaba como contadora en la Embajada inglesa en la capital uruguaya y fue quien llamó a Ruth a formar parte de su equipo de trabajo para la nueva misión. La menor de los Morton tenía 53 años, un marido y una hija en ese momento. “Era mi jefa en esos días. Sabía lo que se necesitaba y se dio cuenta de que yo sería menos sospechosa, así que me mandó”, contó Ruth respecto al llamado de su hermana.
Ambas fueron llevadas a la ciudad de Mar del Plata, en la costa de la provincia de Buenos Aires y estaban fuertemente supervisadas por la central de operaciones en Montevideo. Su superiora era una mujer que respondía al nombre en clave de Claire. Nunca la conoció personalmente. “Mi trabajo principal era vigilar el movimiento de tres submarinos”, comentó Ruth, que fue asignada a trabajar sobre la Base Naval de Mar del Plata. Los submarinos bajo su mirada eran el ARA Santa Fe, ARA San Luis y ARA Santiago del Estero.
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Tal como indicó Ruth, a ella le tocó trabajar en un escondite improvisado bajo las tablas de un edificio parcialmente destruido, utilizando rutas alternativas para reportar la información. Sobre eso detalló: “Había un espacio para arrastrarse debajo que me daba una vista perfecta de los submarinos a solo unos cientos de metros”.
El carpincho que le salvó la vida
Ruth contó que en una de sus jornadas de trabajo en el escondite, se encontró con un carpincho que le hizo compañía durante varios días. "Era muy sociable y compartíamos bocados. Era un animal viejo y muy amigable. Olía mal, pobre. Olía muy mal, pero era simpático", indicó la menor de las Morton.
Una noche, mientras estaba en el puesto de vigilancia, un barco en el mar disparó justo hacia ese lugar. El carpincho, que se interpuso en el momento exacto, recibió el tiro y cayó al agua, afuera del refugio. "Podría haber sido yo la que recibió el disparo, pero el carpincho me terminó por salvar la vida", contó sobre el incidente.
