Con la llegada del invierno, el aumento en el consumo energético en La Rioja genera preocupación por la presión sobre el sistema eléctrico y el impacto del tarifazo nacional en los hogares. En este contexto, Jerónimo Quintela, titular de EDELAR, detalló la situación actual del servicio, los esfuerzos provinciales para contener los costos y las consecuencias de los recortes nacionales, en especial sobre el esquema de subsidios.
En comunicación con medios locales, Quintela explicó que la demanda energética crece considerablemente en los meses fríos, particularmente en las zonas del norte y oeste de la provincia, donde las temperaturas descienden más abruptamente. Esto genera un mayor requerimiento de potencia y, en consecuencia, un uso más intensivo de calefactores, termotanques eléctricos y sistemas de aclimatación que, si no se regulan adecuadamente, disparan el consumo eléctrico en los hogares. “Pedimos a las familias que mantengan hábitos de consumo responsables, como usar los calefactores solo cuando estén en el ambiente o cerrar los espacios para conservar el calor”, expresó.
Pese a este contexto complejo, el titular de la distribuidora energética riojana destacó que la provincia realizó importantes inversiones en los últimos años para mejorar el sistema eléctrico. “Se ha trabajado mucho desde las distribuidoras, desde la Provincia y desde empresas externas. Lamentablemente, en los últimos dos años se suspendieron obras claves, pero en líneas generales estamos mejor que el año pasado”, afirmó.
Uno de los puntos más críticos abordados por Quintela fue la cuestión de los subsidios. Actualmente, el Estado provincial aplica descuentos de entre el 55% y el 75% para los niveles de ingresos bajos (N2) y medios (N3). “A mayor consumo, menor subsidio. Y si uno pertenece al nivel de ingresos bajos, el porcentaje de ayuda es mayor. Esto es fundamental para que muchas familias puedan sostener el servicio”, explicó. Sin ese apoyo, las boletas que hoy rondan los $20.000 o $30.000 podrían escalar hasta superar los $100.000. “Una boleta de $30.000 puede multiplicarse por nueve o diez sin subsidio. Hablamos de $270.000 para un hogar de ingresos medios”, señaló con preocupación.
Además, Quintela denunció que una resolución reciente de la Secretaría de Energía de la Nación retiró el subsidio a 33.000 familias riojanas, reubicándolas en el segmento de ingresos altos (N1), que no recibe ningún beneficio. Esto generó saltos abruptos en las facturas y desconcierto en muchos usuarios, especialmente jubilados o familias vulnerables que no comprenden el motivo del aumento. “Le pedimos a todos aquellos que noten un incremento considerable desde enero que se acerquen a nuestras oficinas. Hay situaciones que pueden revisarse y corregirse”, recomendó.
El titular de EDELAR también cuestionó las decisiones erráticas del Gobierno nacional en materia tarifaria. “La falta de previsión, la inestabilidad del sistema y las modificaciones constantes perjudican directamente a los usuarios. Todo esto afecta a los índices de morosidad y desarma la economía familiar”, sostuvo. A modo de ejemplo, mencionó casos en los que una familia que venía pagando $15.000 por luz y $10.000 por agua, de un mes a otro pasó a abonar más de $180.000. “Eso rompe cualquier esquema de presupuesto”, sentenció.
En contraposición a esta situación, Quintela defendió el modelo provincial, que prioriza la asistencia a los sectores más golpeados. “Mientras Nación recorta, el Gobierno riojano sigue invirtiendo en subsidios y en un sistema que garantice el acceso a la energía. Es una decisión política que protege a nuestras familias”, remarcó. También destacó que la política de subsidios provinciales continuará “hasta que la situación económica nacional se estabilice, mejoren los ingresos y repunten la producción y la industria”.
La situación energética en La Rioja refleja una tensión creciente entre los esfuerzos provinciales por sostener el servicio y la falta de acompañamiento del Gobierno nacional. La inversión local, el subsidio provincial y las recomendaciones de uso responsable son hoy pilares para que miles de riojanos puedan afrontar un invierno complejo sin que se convierta en una carga impositiva muy alta para la clase trabajadora.