La expectativa de inflación mensual se mantiene por encima del 4% pese a la importante desaceleración de la suba de precios en el último mes, según un relevamiento privado. De este modo, vuelve a ponerse en cuestión la fidelidad de la medición del Indec, que ya planteó la necesidad de elaborar su IPC en base a otra canasta.
Así lo revela un informe sobre expectativas de inflación elaborado por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), al que accedió El Destape.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El relevamiento, hecho entre la población general del país en la primera quincena de mayo, muestra que la inflación promedio esperada para todo 2025 es de 38,8%, lo que supone una baja de 2,5 puntos porcentuales respecto a la medición hecha un mes antes.
Se trata de una cifra ciertamente favorable para el gobierno de Javier Milei, ya que es la menor desde marzo de 2020 y parte desde una inflación anual esperada de alrededor del 100% un año atrás.
La cifra es, de todos modos, mayor que el 31,8% esperado por las consultoras y bancos plasmado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, y de más del doble que el 18,3% predicho por el Gobierno en el proyecto del Presupuesto 2025.
MÁS INFO
Así, ese 38,8% de inflación anual esperada esconde una tendencia preocupante percibida por la gente: la percepción de que la inflación mensual se mantendrá cómodamente por encima del 4%. Concretamente, para mayo la encuesta señala que la expectativa de la población es que la suba de precios sea del 4,23%.
De este modo, la inflación esperada por la gente en mayo es básicamente la misma que, en el propio relevamiento de la UTDT, se esperaba en enero (4,25%), mostrando un amesetamiento reflejo de la dificultad del Gobierno de desacelerar la suba de precios para que empiece con un 1 adelante. Con todo, sí se observa una baja tras el pico de inflación esperada del 4,9% en marzo.
Otra vez, la lupa sobre el Indec
Lo preocupante para Milei y Caputo es que esta desaceleración de la inflación esperada que releva el informe es menor que la baja de la inflación medida por el Indec. Es decir, el IPC oficial bajó de 3,7% en marzo a 2,8% en abril (0,9 puntos) mientras que la inflación esperada bajó de 4,9% en marzo a 4,55 en abril (0,35 puntos).
En otras palabras, la gente no percibe en su bolsillo la significativa baja de la inflación medida por el organismo estadístico oficial, lo que vuelve a poner la lupa sobre la fidelidad del índice utilizado.
No se trata aquí de ninguna intervención ni falta a la buena fe de parte del Indec, sino simplemente de una metodología que ya no refleja la realidad como debería, tal y como admitió su mismo director, Marco Lavagna, en septiembre pasado, cuando anunció que preparaba el lanzamiento de un nuevo IPC.
MÁS INFO
El problema principal es que el actual IPC utiliza una canasta de bienes del año 2004, cuando el gasto mensual típico de la población era bastante distinto al actual. Por ejemplo, incluye gastos en diario papel, cigarrillos y telefonía fija, mientras que, obviamente, no incluye gastos en telefonía móvil o servicios de streaming. Más fundamentalmente, otorga un peso muy reducido a los servicios de luz y gas, que tuvieron un fuerte aumento proporcional con los tarifazos del ex prewsidente Mauricio Macri y luego con los de Milei de abril de 2024.
Es por ello que, en abril pasado, el Ministerio de Economía dio a conocer que "el Indec finalizó en el mes de marzo de 2025 todos los desarrollos técnicos y metodológicos del nuevo IPC, así como también las consultas y testeos técnicos del nuevo indice para su implementación". El nuevo índice, tal como adelantó El Destape, usaría una canasta de bienes más actualizada, de 2017.
Aun así, aclaró en ese momento que el Indec todavía "se encuentra a la espera de los avales institucionales" en pos de "garantizar que las modificaciones no se introduzcan en períodos atípicos", entendiendo por "períodos atípicos" momentos de fuerte suba o presunción de suba inflacionaria, como ocurrió en marzo y en abril tras la salida del cepo.
La duda es si, ahora que contando mayo se prevén dos meses de inflación a la baja y estabilizada más cerca del 2%, Economía finalmente autorizará al Indec a publicar el nuevo IPC y la distancia del índice oficial con el percibido por la población por fin bajará su brecha.