La venta de medicamentos en La Rioja registró una caída interanual del 8,5%, en el marco de la crisis económica y los cambios en las políticas de cobertura, especialmente en el PAMI. Según un informe quinquenal elaborado por la entidad, que analiza el período 2020–2024, el impacto del ajuste se volvió más profundo en el último año.
Así lo confirmó la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la provincia, Silvia Brizuela, en diálogo con Medios Rioja, donde explicó que entre 2021 y 2022 el consumo de medicamentos mostró una recuperación en cantidad de unidades, pero la tendencia se revirtió posteriormente. En 2023, la baja fue del 3,5%, mientras que en 2024 el descenso alcanzó el 8,5%.
“Estamos hablando de una pérdida de alrededor de 60 millones de unidades comercializadas en términos anuales”, detalló, y remarcó que esta situación afecta tanto a las farmacias como a los afiliados.
Asimismo, señaló que el aumento del copago de PAMI, que se duplicó hacia diciembre de 2024, tuvo un impacto directo en la reducción del consumo de medicamentos.
Cómo afecta la caída de consumo
La crisis industrial en La Rioja se profundiza: tras el cierre de dos fábricas, otras siete empresas redujeron salarios y horas de trabajo para evitar despidos. Desde la Secretaría de Trabajo aseguraron que el escenario es “cada vez más complejo” y que en todos los casos las patronales justifican los recortes por una caída “sustancial” de las ventas.
En el Parque Industrial de la capital riojana ya son cuatro las firmas que ingresaron en procedimientos preventivos de crisis, mientras que en el interior la situación se replica en distintos departamentos. Según confirmó la secretaria de Trabajo, Miriam Espinosa, detalló que una empresa del rubro jojoba en Aimogasta (Arauco) también se sumó a este esquema, en tanto que en Chamical hay otra firma que avanzó en la reducción de jornadas y sueldos.
En Chilecito, la emblemática cooperativa La Riojana atraviesa un cuadro delicado. “Tenemos el compromiso de que no haya despidos, pero están subsistiendo con lo que exportan porque se les cayó la venta de vino de mesa”, explicó la secretaria. En todos estos casos, los acuerdos con los sindicatos se orientaron a recortar ingresos y horas de trabajo para intentar sostener los puestos, en un contexto de desplome del consumo interno.
El caso de Vulcalar, en Sanagasta, expone el límite de esas estrategias defensivas. La empresa había firmado un procedimiento preventivo de crisis con reducción de jornada y salarios hasta diciembre, pero finalmente decidió cerrar sus puertas al argumentar que las ventas eran “nulas”. Para el próximo martes, la Secretaría de Trabajo convocó a la firma para discutir el pago de indemnizaciones, mientras cientos de familias quedan atrapadas en el epicentro de la crisis industrial riojana.
