El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, dijo el martes que las conversaciones comerciales con China iban bien, al reunirse ambas partes por segundo día consecutivo en Londres, en busca de un avance en los controles a la exportación que han amenazado con una nueva ruptura entre las superpotencias.
Washington acusó a Pekín de bloquear las exportaciones de minerales de tierras raras, fundamentales para su economía, lo que ha tensado los lazos después de que el mes pasado llegaran a un acuerdo preliminar en Ginebra para evitar un embargo comercial en toda regla.
El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo el lunes que Estados Unidos estaba dispuesto a aceptar levantar los controles a la exportación de algunos semiconductores a cambio de que China acelerara la entrega de tierras raras e imanes.
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"Las conversaciones duraron todo el día de ayer y espero que duren todo el día de hoy", dijo Lutnick a la prensa. "Van bien y estamos pasando mucho tiempo juntos".
Las cambiantes políticas arancelarias de Trump han agitado los mercados globales, desatado la congestión y la confusión en los principales puertos y costado a las empresas decenas de miles de millones de dólares en ventas perdidas y mayores costes.
Pero los mercados han recuperado gran parte de las pérdidas que sufrieron después de que Trump revelara sus aranceles arrolladores del "Día de la Liberación" en abril, ayudados por el reinicio en Ginebra entre las dos economías más grandes del mundo.
La segunda ronda de conversaciones entre Estados Unidos y China, que siguió a una inusual llamada telefónica entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, la semana pasada, llega en un momento crucial para ambas economías.
Los datos de aduanas publicados el lunes mostraron que las exportaciones de China a Estados Unidos se desplomaron un 34,5% en mayo, la caída más pronunciada desde el estallido de la pandemia del COVID-19.
Aunque hasta ahora el impacto en la inflación y el mercado laboral de Estados Unidos ha sido moderado, los aranceles han golpeado la confianza de las empresas y los hogares estadounidenses y el dólar sigue bajo presión.
DISCUTIR LOS DESACUERDOS
Las conversaciones han estado dirigidas por el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, Lutnick y el representante de Comercio de EEUU, Jamieson Greer, mientras que el contingente chino ha estado encabezado por el vice primer ministro, He Lifeng.
Las conversaciones se prolongaron durante casi siete horas el lunes y se reanudaron poco antes de las 1000 GMT del martes.
La inclusión de Lutnick, cuya agencia supervisa los controles de exportación para Estados Unidos, es un indicio de la importancia que han adquirido las tierras raras. Lutnick no asistió a las conversaciones de Ginebra, en las que los países alcanzaron un acuerdo de 90 días para reducir algunos de los aranceles de tres dígitos que se habían impuesto mutuamente.
China mantiene casi un monopolio sobre los imanes de tierras raras, un componente crucial en los motores de los vehículos eléctricos, y su decisión en abril de suspender las exportaciones de una amplia gama de minerales e imanes críticos puso patas arriba las cadenas de suministro mundiales y desató la alarma en salas de juntas y fábricas de todo el mundo.
Kelly Ann Shaw, ex asesora comercial de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump y ahora socia comercial en el bufete de abogados Akin Gump en Washington, dijo que esperaba que China reafirmara su compromiso de levantar las medidas de represalia, incluidas las restricciones a la exportación, "además de algunas concesiones por parte de Estados Unidos, con respecto a las medidas de control de las exportaciones durante la última semana o dos".
Pero Shaw dijo que esperaba que EEUU sólo aceptara levantar algunas nuevas restricciones a la exportación, no las que se aplican desde hace tiempo, como a los chips avanzados de inteligencia artificial.
En mayo, Estados Unidos ordenó suspender los envíos de software de diseño de semiconductores, productos químicos y equipos de aviación, revocando las licencias de exportación que se habían concedido previamente.
(Escrito por Kate Holton; edición de David Evans y Mark Potter; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)
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