Tal como informó este medio, en las últimas semanas los bancos comenzaron a registrar indicios iniciales de deterioro crediticio. Los saldos vencidos de tarjetas de crédito aumentaron al 2,8% en marzo, el nivel más alto en tres años, mientras que la morosidad en préstamos personales se disparó al 4,1%, el nivel más alto en nueve meses, según el Banco Central. El número de cheques sin fondos también está en aumento. "Las medidas de austeridad del presidente Javier Milei han ayudado a estabilizar la economía argentina; sin embargo, la presión financiera sobre consumidores y empresas sigue aumentando", señala una nota del medio financiero Bloomberg.
De acuerdo con la nota, en general, los cargos por morosidad en el sistema financiero argentino alcanzaron su máximo en cinco años, medidos como porcentaje de los activos totales, según datos del banco central. La presión también aumenta entre las empresas, con un aumento en la morosidad empresarial que apunta a más problemas futuros y recuerda a lo peor de la crisis de 2001, cuando se la cadena de pagos se quebró en Argentina.
"Los hallazgos subrayan algunos de los desafíos que enfrenta Milei mientras su administración avanza con un agresivo ajuste fiscal. “Es una luz amarilla. El cobro de créditos se está volviendo más difícil”, afirmó Gastón Rossi, director del Banco Ciudad de Buenos Aires, uno de los bancos más grandes del país.
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A un año y medio de la asunción de Milei, "los hogares se encuentran bajo presión por el estancamiento salarial y la persistente inflación, que se mantiene en dos dígitos a pesar de las recientes caídas".
Cheques sin fondos: un drama en medio de la crisis de Milei
En este contexto, el número de cheques sin fondos alcanzó su nivel más alto en abril desde la pandemia hace cinco años, superando los 64.000 en términos absolutos, con una tasa de rechazo del 1,3 % respecto al total de cheques compensados. A modo de comparación, Bloomberg la compara con tasa en Estados Unidos, que se situó en el 0,8% , según datos de la Reserva Federal.
En el ámbito empresarial, las empresas de todos los sectores, como la industria, el comercio minorista, la construcción y el entretenimiento, en particular las exportadoras, están sintiendo la presión de un menor gasto de los consumidores y la reducción de los márgenes de beneficio. Las empresas que antes se beneficiaban de endeudarse en pesos y explotar las diferencias cambiarias ahora enfrentan dificultades.
La nota sostiene que "muchas de ellas también han perdido el acceso a un mercado de capitales otrora lucrativo, impulsado por los controles cambiarios". Los inversores locales, deseosos desde hace tiempo de adquirir deuda corporativa denominada en dólares o vinculada al dólar como cobertura contra los riesgos cambiarios, se están volviendo más selectivos. "El levantamiento de las restricciones les ha brindado nuevas opciones para dolarizar sus carteras", destaca la nota.
Sin embargo, una reciente ola de impagos corporativos ha provocado un mayor escrutinio de los emisores y de los instrumentos, con empresas como Albanesi SA incumpliendo el pago de intereses y Celulosa Argentina SA advirtiendo de un impago de bonos. La citrícola San Miguel AGICI declaró desierta su última emisión de deuda en el mercado local el 13 de mayo, mientras que Petrolera Aconcagua Energía SA decidió recurrir a inversores extranjeros para captar 250 millones de dólares, pero encontró poca demanda.