En medio de la crisis económica que generó el gobierno de Javier Milei, una histórica cadena de hamburgueserías fue declarada en quiebra tras acumular millonarias deudas.
Se trata de Deniro, una de las marcas icónicas que se alzaron con el boom de las hamburgueserías artesanales en el país. El Juzgado Nacional en lo Comercial 27 decretó la quiebra y activó el procedimiento formal que obliga a sus dueños a poner todos los bienes a disposición del síndico designado, Juan Manuel Ausa.
En ese sentido, los acreedores deberán presentar pedidos de verificación hasta el 2 de marzo de 2026, mientras que los informes del síndico serán entregados en abril y junio del próximo año.
Deniro, de la expansión a la quiebra
La hamburguesería llegó a tener más de 30 locales en su mejor momento, pero hoy la situación es completamente diferente, solo quedan ocho en pie que ahora quedan bajo la órbita de la quiebra y deberán adaptarse a las instrucciones del síndico.
La firma arrastra un historial de cheques rechazados por casi $5.000 millones, según registros del Banco Central. También tiene conflictos comerciales, acusaciones de estafas, problemas laborales y clausuras reiteradas, entre otros problemas que llevaron a esta situación.
Deniro en 2007 comenzó a crecer con su producto estrella, la hamburguesa de entraña, tras lo cual comenzó un plan de expansión intenso basado en franquicias en el AMBA y otras provincias.
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Tras la exitosa expansión llegó a estar entre las cuatro cadenas de hamburgueserías con más locales en Argentina y montó una planta central en Mataderos que elaboraba panes, medallones y salsas para toda la red.
Sin embargo, con el crecimiento llegaron también los conflictos. Empezaron a llegar reclamos de franquiciados y proveedores denunciando un esquema de venta de franquicias a valores elevados en dólares, con proyecciones de facturación que no se correspondían con la realidad.
A su vez, comenzaron a rebotar cheques y los registros del BCRA, la empresa acumuló casi $5.000 millones en instrumentos rechazados. También tuvieron múltiples clausuras en la planta de Mataderos a raíz de irregularidades en su funcionamiento. También hubo varias denuncias de los vecinos por presuntas conexiones ilegales a servicios y reaperturas fuera de los horarios permitidos, incluso con fajas de clausura vigentes.
Con la quiebra decretada por la Justicia, en los próximos meses habrá una verificación de créditos y el avance del proceso de liquidación. Además, el juzgado prohibió a terceros efectuar pagos a la compañía, que serán considerados ineficaces, e intimó al fallido a constituir domicilio en 48 horas.
