La crisis económica desatada por el presidente Javier Milei y el gobernador saliente Gustavo Valdés golpeó de lleno a la industria forestal correntina. La Forestadora Tapebicuá S.A., una de las principales productoras de madera de la región, cerró el pasado 30 de noviembre el convenio laboral vigente con sus 430 operarios. La firma había propuesto suspensiones con “vacaciones forzosas” y un pago del 60% de los haberes hasta marzo de 2026, pero el planteo fue rechazado por la representación sindical.
En números concretos, la propuesta contemplaba abonar alrededor de $650.000 mensuales por trabajador, más el subsidio estatal complementario de $250.000. La representación sindical rechazó el ofrecimiento al considerar que no garantiza el sustento mínimo de las familias durante un período de inactividad tan prolongado.
La suspensión de actividades abarcó a todas las líneas de aserrado y procesamiento de madera y afectó también a proveedores, contratistas y transportistas de la firma, que ven afectada la actividad de un número indeterminado de trabajadores de estas empresas. En ese marco, la posición gremial es clara: exigir que el porcentaje de pago durante la suspensión se eleve al 80% del salario.
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En 2023 la firma ya había cerrado su planta de San Charbel, en Garruchos, donde se produjeron 70 despidos. La compañía, controlada por el grupo Celulosa Argentina, arrastra desde hace meses una caída de actividad y problemas de liquidez, agravados por la recesión industrial, la contracción del consumo interno, la apertura de importaciones y un tipo de cambio que complica la competitividad exportadora, argumentaron desde la empresa.
Ahora, la situación laboral se tensó aún más con la demanda del Sindicato de Trabajadores de la Madera (STM), que reclama una deuda de 170 millones de pesos y que culminó en un embargo judicial sobre una cuenta bancaria de la firma. La empresa sostiene que la medida legal complica aún más su capacidad para cumplir con las obligaciones salariales y reactivar la producción. "Con el embargo, se nos imposibilita acceder a los fondos necesarios para cumplir con nuestras obligaciones. Estamos en conversaciones para destrabar la situación", indicaron voceros de Tapebicuá, de acuerdo a lo informado por Perfil.
Crisis en las madereras de Corrientes: un nuevo golpe para la economía regional
La industria ligada a la madera atraviesa una situación desesperante, con reducción drástica de planteles y horarios laborales. La falta de ventas, el declive de otras actividades asociadas y la ausencia de obra pública ponen en jaque a una actividad en donde el 80% de la mano de obra es pyme.
La paralización de Tapebicuá representa un duro golpe no solo para los 430 operarios, sino también para las decenas de pequeñas y medianas empresas que dependen de su actividad. Economistas locales advierten que una prolongación de la suspensión podría llevar a la pérdida definitiva de los puestos de trabajo y a una caída significativa en la recaudación municipal y provincial.
El presidente del Parque Foresto-industrial Santa Rosa y referente de la Asociación de Madereros y Afines (AMAYAAP), Ramón Sotelo, señaló que este 2025 fue un año "cuesta arriba" desde el primer trimestre. Además, señaló que la paralización de la obra pública y privada suspendió órdenes de compra, lo que determinó que se desplomaran las ventas en el sector.
"Arrancamos reduciendo personal de 50 operarios y recortando turnos. La planta del Parque Foresto-industrial se mantuvo activa gracias a la exportación de pallets, pero con una rentabilidad muy baja. Las otras dos fábricas, que dependen del mercado interno, directamente no repuntan. Hay muy pocos pedidos y trabajamos al 60% de la capacidad”, explicó en declaraciones para el portal Argentina Forestal.
En medio de la agravada apertura de importaciones, Sotelo, cuya empresa trabaja con grandes clientes vinculados a la construcción como Loma Negra, remarcó que "el mercado nacional está totalmente caído", ya que "no hay poder de compra". "Mantenemos los mismos precios que en 2024 y absorbimos todos los aumentos de logística, salarios, servicios e impuestos de 2025. Es imposible sostener así a una PyME por mucho más tiempo”, advirtió.
