Después de varias reuniones del Consejo de Mayo, el Gobierno anunció el resultado: proyectos de ley con reformas que perjudican a la mayoría de los argentinos, pero que benefician a unos pocos. Y, en el caso del proyecto de ley de "inviolabilidad de la propiedad privada", estos pocos ni siquiera son argentinos. De aprobarse la iniciativa oficialista, los empresarios extranjeros podrán comprar legalmente y sin limitaciones tierras rurales. "Libera la extranjerización de la tierra", sentenciaron los especialistas consultados.
El artículo que busca blanquear las artimañas de los empresarios extranjeros es el número 21, que sustituye un inciso clave de la Ley Nº 26.737, que establece el Régimen de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de las Tierras Rurales. En el texto original, promulgado en 2011, el inciso B del artículo 2 explica que el objetivo de la ley es "regular, respecto de las personas físicas y jurídicas extranjeras, los límites a la titularidad y posesión de tierras rurales, cualquiera sea su destino de uso o producción".
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Esa legislación, que rige actualmente, establece el 15% como "límite a toda titularidad de dominio o posesión de tierras rurales en el territorio nacional" por parte de una persona física o jurídica extranjera. Y aclara: "En ningún caso las personas físicas o jurídicas, de una misma nacionalidad extranjera, podrán superar el treinta por ciento (30%) del porcentual asignado en el artículo precedente a la titularidad o posesión extranjera sobre tierras rurales". Asimismo, el texto especifica que "las tierras rurales de un mismo titular extranjero" no pueden superar las 1.000 hectáreas en la zona núcleo o la superficie equivalente, según la ubicación territorial"; que los extranjeros no pueden adquirir tierras que contengan cuerpos de agua, y que no pueden ser de propiedad extranjera "inmuebles ubicados en zonas de seguridad de frontera", con excepciones otorgadas específicamente por el Estado.
La trampa de los magnates extranjeros
A pesar de la ley que limita la superficie de tierras rurales que pueden ser propiedad de magnates extranjeros, hay una trampa que aplican para poder esquivar la ley, un "subterfugio", como explicó el abogado Eduardo Barcesat en diálogo con El Destape. Actualmente, para evadir la legislación, se utiliza la metodología de un fideicomiso, en el que un ciudadano argentino pone la cara y la firma, pero detrás hay un socio fiduciario extranjero que es el verdadero propietario. "Así 'simulan' protección del dominio nacional, cuando en realidad se trata de un hombre de paja", explicó Barcesat.
Extranjerizar la Argentina: el objetivo del Gobierno
Con el proyecto de ley que elaboró el Consejo de Mayo, todas las legislaciones contra la extranjerización de la Argentina, por más que tuvieran sus atajos, quedan obsoletas: pasarían a tener limitaciones para la compra de tierras rurales solamente los Estados extranjeros o empresas extranjeras con participación estatal mayoritaria, pero no dice nada sobre las personas físicas. "Es como si no existiese la ley", alertó en diálogo con El Destape Florencia Gómez, ex directora del Registro Nacional de Tierras Rurales y ex secretaria de Política Ambiental.
La modificación del inciso B del artículo 2 de la ley Nº 26.737 representaría un nuevo ataque del gobierno de Milei a la soberanía nacional. "Libera la extranjerización de la tierra", describió Gómez y explicó: al cambiar el objeto de la ley y los sujetos obligados, la legislación que busca ponerle un freno a la compra de superficie argentina por parte de extranjeros quedaría eliminada de hecho, por más que en el proyecto que anunció el Gobierno se hable de "modificaciones" y no de derogación. "Están haciendo una regulación para un universo que es ínfimo", agregó la ex funcionaria.
En cada iniciativa oficialista queda expuesta la idea central del Gobierno: nada para el argentino y todo para el extranjero. Ahora, con este texto, los libertarios buscan pasar a la acción y trascender de las batallas ideológicas: fideicomisos al margen, las escrituras de tierras rurales de Argentina podrían ser en su totalidad de extranjeros. "Como todo lo que hace o propone este gobierno, lo mejor es que no se concrete", cerró Barcesat.
