“La confianza se rompió”, aseguraron en el PRO tras la tensa madrugada parlamentaria del jueves. El vínculo se quebró cuando, en una sola sesión, el gobierno de La Libertad Avanza movió fichas: dejó a los amarillos sin el cumplimiento del fallo de la Corte sobre la coparticipación porteña en el Presupuesto y sin una silla en la Auditoría General de la Nación.
La frase recorre la cúpula partidaria, que horas después del episodio legislativo aún digiere la bronca. Apuntan con dedo acusador a un “acuerdo secreto de los Menem” con gobernadores y peronistas, a espaldas del PRO. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, recibe las críticas más feroces: sobre él recayó la mayor responsabilidad por juramentar a tres auditores a las tres de la mañana.
Para el PRO, completar las vacantes de la AGN de ese modo daña la institucionalizad nacional y la imagen de la Argentina, esencial para atraer inversiones. Es una de las preocupaciones centrales de Mauricio Macri, destacada en el recinto por Fernando de Andreis, diputado de su extrema confianza.
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La jura ocurrió tras aprobar el Presupuesto y la ley de Inocencia Fiscal. La Libertad Avanza y el peronismo sostuvieron el quórum para mantener abierta la sesión hasta la llegada de la salteña Pamela Caletti, que se demoró. El acto culminó cerca de las tres de la mañana, con la ausencia del resto de los bloques, que abandonaron sus bancas. El PRO ya anunció que, para el espacio, la designación es nula de nulidad absoluta.
La maniobra se atribuyó directamente a los Menem, cercanos a Karina Milei, aunque no se eximió de culpa al presidente Javier Milei: todo el gobierno fue cómplice de esta situación. De hecho, en el comunicado amarillo se apuntó contra la actitud del “oficialismo” y se lamentó el desdén libertario hacia el partido que aportó gobernabilidad en los primeros dos años.
El destino de la coparticipación porteña tampoco colaboró con la relación. El macrismo la demandó durante todo el debate previo y firmó el dictamen en disidencia por no incluir el fallo de la Corte. El martes, Cristian Ritondo logró que los violeta sumaran el artículo, pero en el recinto quedó absorbido por la votación del título más polémico —derogar las leyes de financiamiento universitario y discapacidad—, que nunca bajó de los123 votos en contra y naufragó junto a los fondos para la CABA.
Recientemente, el vínculo entre PRO y La Libertad Avanza había empezado a mejorar, pero lo ocurrido “dinamitó” el progreso y lo devolvió a “foja cero”. Para recomponerlo, se especula que harán falta gestos claros y profundos hacia el espacio amarillo, aunque se considera que será muy difícil retomar el diálogo.
Esto no frenará, sin embargo, el apoyo del partido fundado por Mauricio Macri a las medidas del gobierno en el Congreso, sobre todo las económicas. Según se explicó, el PRO seguirá priorizando “lo correcto por sobre lo conveniente” y prestará sus votos toda vez que considere que un proyecto de ley es beneficioso para el país, pero marcará sus diferencias cuando lo perciba incorrecto.
Para el PRO, el camino es el adecuado, pero los pactos a sus espaldas destruyen una confianza esencial para los lazos políticos. Quizás, se interpretó, el gobierno no lo note ahora pero, con dos años por delante, el tiempo podría cobrar factura y requerir estos vínculos.
No se espera que Macri intervenga en el conflicto. Los canales de diálogo entre él y Javier Milei se congelaron tras su último encuentro en la Quinta de Olivos, a fines de octubre: una reunión que terminó mal, la misma noche en que Guillermo Francos dejó la Jefatura de Gabinete. Antes de Navidad, el ex mandatario viajará con su familia a Villa La Angostura. Un escenario para reuniones políticas veraniegas e íntimas.
