El regreso de Donald Trump al poder y el colapso de la coalición de gobierno de Alemania serán los principales temas de conversación en una reunión de casi 50 líderes europeos y una cumbre de la UE en Budapest el jueves y el viernes para discutir el apoyo a Ucrania, la migración, la seguridad económica y la disminución de la competitividad de la UE.
Los mandatarios europeos han felicitado ampliamente a Trump, pero se enfrentan a la incertidumbre sobre el respaldo estadounidense a Ucrania frente a la invasión rusa, el compromiso de Estados Unidos con la alianza militar OTAN y la perspectiva de aranceles a sus exportaciones a Estados Unidos.
A la incertidumbre que se cierne sobre las reuniones de Budapest se suma la ruptura del Gobierno tripartito alemán el miércoles por la noche, cuando el canciller Olaf Scholz destituyó a su ministro de Finanzas y allanó el camino para unas elecciones generales.
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Algunos dirigentes europeos también están nerviosos por los planes para la cumbre del primer ministro ultraderechista húngaro, Viktor Orbán, criticado por sus homólogos de la Unión Europea por sus viajes a Moscú y Georgia durante la presidencia de turno de la UE de su país, y que dijo que descorcharía champán si ganaba Trump.
Entre las especulaciones sobre las sorpresas que podría deparar el anfitrión Orbán se halla una reunión por videoconferencia de líderes con Trump, cuya victoria sobre la vicepresidenta demócrata Kamala Harris en las elecciones del martes fue celebrada por el mandatario nacionalista húngaro.
El orden del día de la primera reunión, la Comunidad Política Europea, que incluye Estados no pertenecientes a la UE como Reino Unido, incluye unas conversaciones que, según la Comisión Europea, deberían dar lugar a un compromiso renovado de apoyo a Ucrania, antes de las sesiones de trabajo sobre migración y seguridad económica.
Este último tema implicaría un examen más minucioso de las inversiones extranjeras y controles más coordinados de las exportaciones y la salida de tecnologías hacia competidores como China. La presión estadounidense en favor de tales controles podría intensificarse cuando Trump regrese a la Casa Blanca en enero.
Por la tarde, los 27 líderes de la UE analizarán las relaciones transatlánticas, así como Georgia, donde el partido gobernante Sueño Georgiano, considerado cada vez más prorruso, se alzó con la victoria en unas disputadas elecciones celebradas el 26 de octubre. La UE ha congelado la candidatura de adhesión de Georgia por temor a un retroceso democrático.
Los cargos de la UE esperan que el resultado de la cena de los mandatarios de la UE sea una postura conjunta de felicitación a Trump y de subrayado de la importancia de los buenos lazos entre Estados Unidos y la UE, al tiempo que se subraya que la UE tiene su propia agenda y su deseo de atenerse a las normas comerciales mundiales.
Los líderes podrían retomar el tema para una discusión más sustancial cuando se reúnan en Bruselas en diciembre, dijo un alto cargo de la UE.
La cumbre de la UE concluirá el viernes con un debate sobre la competitividad de la UE, que incluirá una presentación del exjefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en la que también estará presente su sucesora Christine Lagarde.
A petición de la Comisión Europea, Draghi redactó un informe sobre cómo la UE debe mantener la competitividad de su economía verde en el contexto que plantean los desafíos derivados de la rivalidad entre China y Estados Unidos en un momento de mayor fricción mundial.
En su informe de casi 400 páginas, Draghi afirma que el bloque necesita una inversión de entre 750.000 y 800.000 millones de euros al año, pero los países frugales de la UE han discrepado con la idea de que parte de esa inversión proceda de activos comunes de la UE.
Con información de Reuters