Con la llegada del invierno, el aire acondicionado del auto se convierte en un aliado indispensable para enfrentar el frío en los trayectos diarios. Sin embargo, abusar del climatizador puede tener consecuencias no solo en el consumo de combustible, sino también en el rendimiento general del vehículo.
Según especialistas en mantenimiento automotor, la temperatura ideal para calefaccionar el interior del auto sin forzar el sistema ni generar un gasto excesivo se encuentra entre los 20 y 21 grados. Subir más allá de ese rango no hará que el auto se caliente más rápido, sino que puede crear un ambiente incómodo, afectar el sistema de ventilación y, a largo plazo, incluso dañar componentes del motor si se lo exige diariamente en trayectos largos.


Otro error frecuente en invierno es no realizar el mantenimiento adecuado del aire acondicionado, bajo la creencia de que solo se usa en verano. Esto es un mito: el sistema también trabaja en invierno y, si no está en buenas condiciones, necesitará más energía para alcanzar la temperatura deseada, aumentando así el gasto de combustible y el desgaste.
Además de regular bien la temperatura, los expertos recomiendan mantener una ventilación constante dentro del vehículo, sin cerrar completamente el flujo de aire. Incluso, una ventanilla levemente abierta puede prevenir la somnolencia y reducir el contraste de temperatura, lo que mejora la seguridad durante la conducción.
Otras alternativas para mantenerse "abrigado" dentro del auto durante el invierno
Además de regular correctamente la temperatura del aire acondicionado, una recomendación clave para mantenerse abrigado en el auto durante el invierno es precalentar el vehículo antes de iniciar la marcha, especialmente si estuvo muchas horas al aire libre o en temperaturas bajo cero.
Lo ideal es encender el motor y dejarlo en ralentí entre 1 y 3 minutos. Esto permite que el sistema de calefacción comience a distribuir aire tibio de forma progresiva sin exigir el motor en frío. Durante ese tiempo, se puede aprovechar para raspar el hielo de los vidrios o ajustar la ropa y el equipamiento, optimizando así el uso del tiempo sin desperdiciar combustible innecesariamente. Este precalentamiento suave no solo mejora el confort térmico al inicio del viaje, sino que también favorece el rendimiento del auto y la vida útil del motor.