No es por la suciedad: por qué hay más cucarachas, escorpiones y hormigas en verano

Qué factores atraen a estos invasores, cuáles son los métodos de control más efectivos y cómo proteger a tu familia sin recurrir a insecticidas peligrosos.

12 de diciembre, 2025 | 06.00

Con las altas temperaturas: hormigas, cucarachas y alacranes incrementan su actividad en busca de alimento, agua y refugio. Más allá del asco o el miedo que despiertan, su presencia dice mucho sobre el ambiente en que vivimos. Especialistas coinciden en que el aumento de su actividad durante el verano no es casualidad: tiene que ver con la temperatura, la infraestructura urbana y nuestros propios hábitos domésticos. La creencia popular suele señalar a la suciedad como el gran imán para estas plagas, pero la respuesta científica es mucho más compleja e intrigante. Detrás de estos visitantes no deseados hay una lógica biológica y ecológica que, una vez comprendida, puede ser la clave para un control más efectivo y menos estresante.

Enfrentar las plagas urbanas es otra cosa: es entender por qué aparecen, qué riesgos trae y que “ganarles la pulseada” está relacionado a los cambios en los hábitos de vida, más allá de fumigaciones aisladas. 

El verano: la gran aceleración biológica

La Dra. Alejandra Gutierrez del Laboratorio de hongos Patógenos de Insectos Vectores y de importancia agrícola, curadora de la Colección de Hongos Entomopatógenos del CEPAVE (CONICET–UNLP) y especialista en Control Biológico de insectos de importancia sanitaria y agrícola, explica que “durante los meses cálidos solemos ver más cucarachas, y esto se explica por una combinación de mayor actividad y, en algunas especies, una reproducción más rápida".

La especialista consultada también distingue entre las especies que viven en el perímetro de las viviendas (peridomiciliarias), como la cucaracha americana y la marrón-ahumada, cuyo desarrollo se acelera con el calor, y las estrictamente caseras, como la cucaracha alemana, que al vivir en un ambiente controlado, mantienen una reproducción estable: "El calor incrementa la actividad general, lo que hace que se vuelvan más visibles. En resumen: en verano se ven más porque el calor acelera el desarrollo de las especies peridomiciliarias y aumenta la actividad de todas".

"Aunque existe la idea de que tener cucarachas es señal de suciedad, esto no siempre es cierto" comenta Guitierrez. Explica que estos insectos buscan tres recursos básicos: refugio, humedad y alimento (aunque sea mínimo, como migajas o residuos orgánicos en un desagüe). "Pueden ingresar desde ambientes vecinos o a través de cloacas y rendijas, independientemente del estado de limpieza interno". La higiene ayuda, pero no es un escudo infalible; la clave está en sellar grietas y eliminar refugios.

El tamaño es un indicador clave de la especie y su etapa de vida. "Las cucarachas chicas, como Blattella germanica (10–15 mm), son estrictamente domiciliarias y se reproducen dentro del hogar. Las especies grandes, como Periplaneta americana (34–53 mm), suelen vivir en exteriores —cloacas, desagües— e ingresar desde allí". Identificarlas correctamente es el primer paso para un control efectivo, ya que sus refugios y hábitos son distintos.

Por qué los escorpiones vivos son más valiosos que los muertos

"El calor activa a todos los animales mal llamados 'de sangre fría' (mal llamados porque no tienen sangre fría, sino que la temperatura de su sangre depende de la ambiental) cómo los escorpiones. Tienen mayor actividad a mayor temperatura. Entre otras actividades está la reproducción, es decir, salen más y se reproducen más que en épocas frías" sostiene el Dr. Sergio Rodríguez Gil, Investigador Adjunto de CONICET, Prof. Univ. San Martín sede INTECHE. Especialista en aracnología urbana, con enfoque en biología, ecología y comportamiento de escorpiones de importancia sanitaria en Argentina.



En el caso de los escorpiones, el tamaño no es el factor de peligrosidad. El Dr. Rodríguez Gil aclara: "Los escorpiones nacen pequeños y luego crecen hasta alcanzar unos 6 cm, los que tienen veneno peligroso para el ser humano. En La Plata, Quilmes y CABA hay dos especies de escorpiones venenosos peligrosos y no se diferencian por tamaño sino por la distribución de su pigmentación, siendo el Tityus carrilloi el más famoso". La recomendación es aprender a identificar las especies peligrosas locales, no confiarse del tamaño.

A diferencia de las cucarachas, el enfoque propuesto es radicalmente diferente y se basa en la coexistencia. "Desde nuestro equipo no sugerimos matar ningún animal". Explica que los escorpiones vivos son esenciales para obtener el veneno necesario para fabricar el suero antiveneno. En lugar de insecticidas, sugiere utilizar barreras físicas (como burletes en puertas y rejillas finas en desagües) que eviten su ingreso, y sobre todo, capacitación. "Es fundamental saber qué hacer en caso de que ingresen y también saber qué hacer en caso de una picadura".

La invasión silenciosa: Por qué las hormigas son la plaga más organizada y persistente del hogar

El verano no solo trae más hormigas a la vista, sino que acelera drásticamente su ciclo biológico. Según el Dr. Luis Calcaterra del Laboratorio de Ecofisiología de Insectos, Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada, FCEN, UBA-CONICET, el calor y los días largos de la primavera y el verano intensifican su actividad de forrajeo y marcan su época clave de reproducción, con los característicos "vuelos nupciales" de hormigas con alas que buscan fundar nuevas colonias. Este año, las condiciones de alta humedad han adelantado este fenómeno casi un mes, demostrando la estrecha relación entre el clima y sus ciclos de vida.

Contrario a la creencia popular, la presencia de hormigas no es un mero indicador de migajas desatendidas. Si bien los restos de comida son un factor, la necesidad de humedad y refugio es igual de crucial. Especies invasoras como la hormiga argentina, que ha colonizado medio mundo, son especialmente vulnerables a la deshidratación. “Esto las impulsa a establecerse dentro de las viviendas en busca de ambientes húmedos y estables, lo que significa que incluso una casa impecable puede ser invadida si ofrece grietas húmedas y acceso desde el exterior” sostiene el especialista.

La diversidad de hormigas (negras, rojas, con o sin alas) no es casualidad, sino un reflejo de su compleja biología. El Dr. Calcaterra explica su sistema reproductivo "haplodiplonte": las obreras sin alas son hembras estériles que buscan alimento todo el año, mientras que los machos alados y las futuras reinas aparecen en los meses cálidos para aparearse. La clave del éxito de las especies plaga, como la hormiga argentina, es que evitan los riesgosos vuelos nupciales. Se aparean dentro del nido, forman colonias con múltiples reinas extremadamente fértiles y, por ello, pueden desplegar un reclutamiento masivo y rápido de obreras hacia cualquier fuente de comida que dejemos en la mesada.

Para un control efectivo, el especialista identifica tres factores de atracción principales: alimentos azucarados o grasos a la vista, fuentes de humedad y acceso fácil por grietas. Sobre los métodos, advierte que el popular cebo de ácido bórico con mermelada puede fallar si la concentración es muy alta, ya que las hormigas aprenden a evitarlo. Recomienda, como alternativa de bajo impacto, los cebos en gel comerciales aplicados con precisión. Finalmente, desaconseja limpiar los caminos con lavandina, ya que solo dispersa el problema. La estrategia inteligente es eliminar el rastro de feromonas con agua y detergente, y luego colocar cebos para que las obreras lleven el veneno de vuelta a la colonia con ellas.

Para complementar el enfoque científico, se consultó a la empresa Fumigaciones Kashi sobre los protocolos aplicados en el control real de infestaciones. Según explican desde la empresa, sus procedimientos reflejan una adaptación práctica de los principios científicos expuestos por los investigadores.

Los técnicos especializados describen que su protocolo de evaluación inicial se basa en cuatro pilares fundamentales: "Pedimos al cliente una descripción o foto de los ejemplares observados. Las especies más frecuentes son Blattella germanica en departamentos y cocinas y Periplaneta americana en zonas cercanas a desagües", explican. Además, "consultamos qué actividad ven por día, en qué horarios aparecen -si se ven de día suele indicar alta infestación- y en qué sectores se concentran".

Desde su experiencia práctica, confirman la efectividad de los cebos en gel, aunque señalan que "tiene que ver con los lugares donde se aplica". Establecen una distinción operativa clara: "En los sectores como ser cloaca solo se emplea el líquido. Hay una regla que dice: de la cintura para arriba se usa gel, de la cintura para abajo se usa líquido".

Fundamentan esta estrategia señalando que "arriba de la 'línea de cintura' suelen estar alacenas, muebles, motores, electrodomésticos y áreas donde se manipulan alimentos. En esos sectores, el gel es más seguro, no mancha y actúa por ingestión".

Sobre la recurrente pregunta de los clientes respecto a la reaparición de cucarachas, aclaran: "En la mayoría de los casos, cuando las cucarachas 'vuelven a aparecer' no significa que el método haya fallado". Identifican dos causas principales: "Que pongan resistencia al producto, ahí requiere de una combinación de productos" y que "pueden nacer nuevos ejemplares de ootecas que estaban en el lugar antes de la fumigación".

Enfatizan que "para que el control sea realmente efectivo, se necesita un trabajo combinado entre el técnico y el cliente. La limpieza es clave. Si el ambiente mantiene restos de comida, humedad o basura, las cucarachas pueden volver incluso después de un buen tratamiento".

"Este es un punto muy difícil, como lo comentamos en puntos anteriores, no siempre la responsabilidad es del servicio, tiene que ver si el cliente cumple con lo requerido de la higiene". Y concluyen: "Siempre se aconseja realizar la desinsectación cada 30 días, es muy seguro que en los días siguientes sigan viendo algunas cucarachas, nunca se soluciona el problema con una sola aplicación".