No es la banana: el truco infalible para combatir los calambres de noche

Te compartimos un truco casero que no falla y combate los calambres que aparecen por las noches.

13 de diciembre, 2025 | 21.26

Despertarse en plena madrugada por un calambre es una experiencia tan común como molesta. El músculo se endurece de golpe, duele, y volver a conciliar el sueño puede volverse difícil. Frente a eso, durante años se instaló una idea casi automática: comer una banana para evitar los calambres nocturnos.

Sin embargo, no siempre es la mejor opción. La banana tiene azúcares naturales que, consumidos de noche, pueden generar picos de energía innecesarios y terminar jugando en contra del descanso. Hay personas que, lejos de dormir mejor, sienten que se despiertan más o tienen un sueño más liviano. Por eso, cada vez más especialistas señalan que el problema de los calambres nocturnos no se resuelve solo con potasio y que hay otras estrategias más efectivas y amigables con el sueño.

Hidratarse durante el día es fundamental para no tener calambres de noche.

Los calambres pueden aparecer por múltiples motivos: deshidratación, déficit de ciertos minerales, mala circulación, sedentarismo o, por el contrario, sobrecarga muscular. También influyen las posturas al dormir y el estrés acumulado durante el día. En este sentido, insistir únicamente con la banana puede ser un parche que no ataca la causa real y que, además, suma un estímulo que el cuerpo no necesita a la hora de descansar.

El truco infalible para combatir los calambres de noche

Más allá de la fruta, el truco que mejores resultados muestra combina dos cosas simples: una buena hidratación con minerales adecuados y una rutina breve de estiramientos antes de acostarse. Parece básico, pero marca la diferencia.

En primer lugar, hidratarse correctamente durante el día es clave. No se trata solo de tomar agua, sino de reponer minerales. Muchos profesionales recomiendan sumar magnesio, un mineral directamente vinculado a la función muscular y a la relajación. Puede ser a través de alimentos ricos en magnesio (como frutos secos, semillas o vegetales de hoja verde) o con suplementos específicos, preferentemente en versiones que no alteren el descanso. A diferencia de la banana, el magnesio no aporta azúcar y, en muchos casos, incluso favorece un sueño más profundo.

El segundo punto es dedicar entre cinco y diez minutos, justo antes de ir a la cama, a estirar suavemente las piernas. Estirar gemelos, pies y la parte posterior de los muslos ayuda a que el músculo llegue relajado a la noche y reduce las contracciones involuntarias. No hace falta una rutina compleja ni ejercicios exigentes, sino que basta con movimientos lentos, sostenidos y sin fuerte impacto.