Luego de recibir a la conducción de la CGT, los senadores de Unión por la Patria se reunieron con las jefaturas de las CTA y de ATE, donde convinieron en la necesidad de trabajar por el rechazo de la reforma laboral enviada por el Ejecutivo. "No se salva ni un artículo y va a terminar por destruir el empleo en la Argentina", planteó el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar. El problema para la bancada que preside José Mayans es que ya no maneja el número de otros tiempos y ahora depende del acompañamiento de bancadas provinciales que mostraron ser influenciables a las promesas de la Casa Rosada. Recién asumida como jefa de la bancada del oficialismo, Patricia Bullrich quiere anotarse su primer gran triunfo, para lo que ya trabaja en el convencimiento de los 15 senadores que le faltan. "Está muy complicado, pero hay chances", resumía un senador del peronismo.
"Tiene que ser rechazada en su totalidad", subrayó Aguiar. Las CTA, obviamente, anunciaron que se sumarán a la movilización del jueves 18 convocada por la CGT, que se propone como la gran protesta a la ofensiva contra los trabajadores y su representación sindical. El bloque de Unión por la Patria cuenta hoy con 28 senadores y no está exento de tensiones internas, dado que cuatro de esos 28 funcionan en el subbloque Convicción Federal y mantienen diferencias con la conducción kirchnerista. Del encuentro con las centrales participaron Mayans, Mariano Recalde, Anabel Fernández Sagasti, Juliana Di Tullio y Eduardo "Wado" de Pedro, entre otros. Allí concluyeron que La Libertad Avanza no tiene los 40 votos que dejaron trascender esta semana y que la contienda no está definida, pero que tendrán que trajinar para reunir los apoyos.
Con sus 28 integrantes, Unión por la Patria debe sumar nueve senadores. La Libertad avanza tiene 21 -este jueves quedó sellado el pase de Luis Juez-, por lo que debe conseguir 15. Tiene a favor la posibilidad de empatar porque el desempate queda en manos de la vicepresidenta Victoria Villarruel. En UP ven posible sumar al bloque Unidad Federal que integran la cordobesa Alejandra Vigo y el correntino Camau Espínola, dado que ambos se identifican con versiones del peronismo, más allá del diálogo que en algún momento tuvieron con el oficialismo. Lo mismo opinaban de los dos senadores santacruceños, vinculados con el sindicalismo. De hecho, el gobernador Claudio Vidal pertenece al gremio de los petroleros. La senadora salteña Flavia Royón fue funcionaria de Alberto Fernández y también cercana a Sergio Massa, por lo que le ponían una ficha.
Con respecto a la tucumana Beatriz Avila, esta semana lanzó junto al gobernador Osvaldo Jaldo el monobloque Independencia, en réplica al que conforman los tres diputados que responden al mandatario. En su caso, como en el de otros legisladores de orien peronista, será clave el rol de convencimiento que pueda jugar la CGT, que prometió recorrer todos los despachos y dialogar con todos los gobernadores para plantear su punto de vista. Por fuera de los ya mencionados, en la órbita a persuadir desde Unión por la Patria quedaban los que pertenecen a fuerzas provinciales: dos senadores de Misiones, una senadora de Neuquén y otra de Chubut. Con la salida de Martín Lousteay y Pablo Blanco, quien solían oponerse a las propuestas del Ejecutivo, no había señales claras acerca del comportamiento del bloque de la UCR, que con diez integrantes se mantiene como tercera fuerza.
"La ley moderniza, trae soluciones y certezas", afirmó Patricia Bullrich en el panel que compartió con el dueño de Techint, Paolo Rocca, en un encuentro empresarial. Bullrich busca mostrar confianza y da por hecho que la reforma será aprobada. De hecho, la Casa Rosada eligió que ingrese por la Cámara alta pese a que varios legisladores reclamaron que debía arrancar por la Cámara baja, dado que toca aspectos impositivos. Con Juez, Bullrich llevó la bancada oficial a 21, a los que ya se podría sumar los solitarios tres que quedaron en el enflaquecido bloque Pro. De los radicales, hay algunos cercanos al oficialismo como el correntino Eduardo Vischi y la santafesina Carolina Losada, y en LLA sumaban como apoyos seguros otros como el mendocino Rodolfo Suárez y el catamarqueño Flavio Fama.
A partir de ahí, los cálculos de la Casa Rosada se encimaban con los del bloque de Unión por la Patria. Porque en el oficialismo contaban al senador catamarqueño Guillermo Andrada, que pertenece a UP en el subbloque Convicción Federal y responde al gobernador Raúl Jalil. Obviamente, también a la tucumana Avila y a la salteña Royón, delegada del gobernador Gustavo Sáenz, quien esta semana pasó de nuevo por el despacho del ministro del Interior, Diego Santilli. Lo mismo que los dos santacruceños y los dos misioneros. Si a eso le sumaban a Vigo y Camau Espínola -también los contaban- efectivamente ya se acercaban al número necesario para conseguir la media sanción.
En algo que coincidían en las dos bancadas era que el destino de la reforma laboral se decidiría en el Senado. Si el Gobierno conseguía la aprobación en la Cámara alta, en Diputados, con el envión ganador y una relación de fuerzas más favorable, sería un trámite más sencillo. El núcleo de rechazos que pudiera reunir el peronismo junto a las centrales obreras en los próximos días, más la convocatoria a movilizar el 18, podrían resultar claves para el desarrollo del debate. Otro diciembre caliente en la política nacional.
