La Secretaría de Energía, a cargo de María Tettamanti, estableció nuevos valores mínimos para los biocombustibles. La suba que rige para las adquisiciones de octubre es más del doble que la inflación. En rigor, el biodiesel, que se elabora a base de aceite de soja, aumentó 6%, mientras que el bioetanol de caña de azúcar y el producido con maíz subieron 4%. El aumento de los biocombustibles pone más presión al precio de las naftas y el gasoil, ya que se mezclan por ley antes de la venta en las estaciones de servicio.
El precio de los combustibles tiene cuatro variables principales. El valor del barril de petróleo a nivel internacional y el tipo de cambio son los principales. Pero también impacta en los costos de las refinadoras, el precio de los biocombustibles y los impuestos.
En las últimas semanas, el precio de la nafta aumentó al menos 5% en el AMBA. Incluso en algunas provincias la suba llega a los dígitos, pero, por una medida impulsada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, las estaciones de servicio no tienen la obligación de informar los movimientos de los precios de manera centralizada.
Bios
La cartera energética incremento el precio regulado del biodiesel a través de la resolución 385 publicada en el Boletín Oficial. Mientras que fijó el nuevo valor para el bioetanol mediante la resolución 386.
En los hechos, el precio del biodiesel pasó de 1.436.861 a 1,508.705 pesos la tonelada. Mientras que el etanol de caña de azúcar saltó de 857 a 891,2 pesos por litro. En tanto que el etanol elaborado con maíz tuvo un incremento de 785,4 a 816,8 pesos por litro.
Las plantas de biodiesel están ubicadas en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, San Luis y La Pampa. Por su parte, las pymes de bioetanol de maíz se ubican principalmente en la provincia de Córdoba y las de caña centralmente en Tucumán.
La suba pone presión a los combustibles, ya que por la Ley 27.640 el biodiesel se mezcla en un 7,5% con el gasoil, el más consumido del país. Por su parte, el bioetanol se mezcla en un 12% (6% para el etanol de caña y 6% para el etanol maicero) con las naftas antes de venderse en las estaciones de servicio.
La Secretaría de Energía fija los precios y cupos de los biocombustibles en base a una fórmula establecida en la normativa. Sin embargo, el gobierno venía postergando la actualización para evitar presionar a las naftas y el gasoil, una medida que también evita presionar a la inflación.
La norma establece que solamente las pymes pueden abastecer el mercado local. De este modo, las cerealeras exportan todo el volumen que producen de biodiesel.
Nueva ley
En la actualidad se está debatiendo una nueva ley de biocombustibles en el Congreso. Hay al menos cuatro proyectos presentados y si bien tiene estado parlamentario, todavía no se sabe cuándo se trataría en el recinto.
En líneas generales, las iniciativas proponen una suba escalonada del corte obligatorio del bioetanol con las naftas hasta –al menos- el 15% y también prevé una suba (sería hasta el 12%) para el biodiesel.
Los proyectos también dejarían abierta la posibilidad para que las cerealeras participen del mercado local. Además, según lo que está debatiendo el sector, la intención es que el precio no lo fije más la Secretaría de Energía, ya que la nueva normativa tendría un esquema de licitaciones privadas.
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Además, en la nueva regulación habría un mercado de libre de comercialización para volúmenes de biocombustibles por encima de las mezclas mínimas obligatorias y se proponen incorporar a nuevos segmentos como el transporte aéreo, marítimo y fluvial.
También promueve en los vehículos el uso de motores flex, que permiten una mayor mezcla de biocombustibles con combustibles fósiles.
