El futuro de Alejandro Garnacho en el Manchester United pareció poco prometedor. El joven delantero argentino recibió una noticia contundente de su entrenador, Rubén Amorim, cuando se encontraron en el centro de entrenamiento de Carrington: “Deberás buscar un nuevo club para la próxima temporada”, le dijo. Cabe mencionar que ni siquiera fue convocado para el reciente triunfo 2-0 ante el Aston Villa, un partido que marcó el cierre de una temporada irregular para el equipo.
La relación entre Garnacho y Amorim se volvió tensa después de la derrota del United en la final de la Europa League contra el Tottenham Hotspur. En ese entonces, Amorim dejó entrever que podría renunciar si directivos o hinchas no lo respaldaban. Aunque finalmente se quedó en el cargo, el delantero argentino Garnacho, de 20 años, manifestó su frustración al encontrar un rol menor en el equipo. Recordó su participación como suplente en la mencionada final: “Hasta la final, jugué todas las jornadas, y hoy jugar 20 minutos… no lo sé”, expresó, dejando claro su descontento.
Mientras el jugador se encontró fuera de acción ante el Aston Villa, su pareja, Eva García, tomó la palabra por él a través de Instagram. Publicó una foto de la indumentaria del Manchester United de su hijo Enzo, que acompañó con la frase “last match”, lo que intensificó los rumores sobre una posible salida inminente de Garnacho del club.
En diciembre, la situación ya fue complicada cuando Garnacho y su compañero Marcus Rashford no fueron considerados para el derbi contra el Manchester City. Sin embargo, el argentino recuperó su lugar en el equipo más tarde. Pero lo cierto es que varios episodios tensionaron su relación con el técnico. Uno de los más recordados ocurrió en febrero, cuando Garnacho mostró su desacuerdo al ser sustituido en un partido ante el Ipswich Town. Según Amorim, luego de ese episodio el delantero se disculpó con una cena para todo el plantel.
Otro momento clave tuvo lugar en la semifinal de la Europa League, donde Garnacho falló una clara oportunidad de gol, lo que determinó que Amorim lo dejara en el banquillo durante la final, optando por Mason Mount como titular. Esta decisión generó reacciones en el entorno de Garnacho, incluyendo a su hermano, Roberto, quien mencionó en redes sociales que el jugador había sido “echado debajo del autobús” por el técnico.
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