El Monumental ya no es solo un estadio, este fin de semana se convirtió en una criatura viva que respiró al ritmo de Maria Becerra. En su segundo show 360°, River volvió a llenarse hasta el borde y confirmó que lo que está pasando acá no es una moda ni un récord aislado, sino un cambio de era. La Nena de Argentina no repitió fórmula, profundizó la experiencia, afinó la narrativa y convirtió la noche en una superproducción pop con pulso emocional y espíritu de fiesta total.
El escenario circular volvió a ser el corazón de todo. María en el centro, el público rodeándola como un mantra colectivo. No había “campo” ni “platea”, había 85 mil personas mirando desde todos los ángulos posibles, compartiendo una misma historia. El universo QUIMERA se desplegó como un desfile de identidades con Shanina, Maite, Gladys, Jojo y finalmente María, sin máscaras. Cada personaje tuvo su clima, su estética, su temperatura emocional. Todo giraba, literalmente, alrededor de ella.
Tini Stoessel y Pampita acompañaron a María Becerra en su segundo River 360°
Uno de los momentos más comentados de la noche llegó cuando Tini apareció como invitada sorpresa. El estadio explotó en un grito que mezcló admiración, complicidad y sentido generacional. No fue solo un cruce de hits, fue el encuentro de dos artistas que crecieron a la par del público que las miraba, dos carreras que dialogan desde el pop argentino hacia el mundo.
Y como si River necesitara un condimento más, Pampita desfiló en escena durante "Sexo es la moda", sumando glamour y potencia simbólica a una noche que ya desbordaba estímulos. El concierto avanzó entre picos de euforia y momentos íntimos, con una puesta que combinó coreografías precisas, fuegos artificiales, cambios de vestuario y una narrativa sostenida por la voz en off de Gabriel Rolón, que funcionó como hilo conductor emocional.
Hubo hits coreados hasta el cansancio, escenas familiares arriba del escenario, invitados que elevaron la apuesta (también estuvieron Paulo Londra, Tiago PZK y Taichu) y una sensación persistente, nadie estaba ahí solo para “ver un recital”, todos estaban participando de algo más grande.
