La importancia de colgar una campana con cinta roja en la puerta para Navidad

Colgar una campana con cinta roja en la puerta en Navidad tiene un importante significado según el Feng Shui.

20 de diciembre, 2025 | 18.02

Durante la Navidad, los hogares se llenan de luces, guirnaldas y objetos que no solo decoran, sino que también cargan de sentido simbólico los espacios. Entre ellos, hay un detalle que suele pasar desapercibido pero que, según el Feng Shui, tiene un fuerte poder energético. Se trata de colgar una campana con cinta roja en la puerta de entrada. Lejos de ser un simple adorno, este gesto busca influir en el equilibrio y la armonía del hogar.

Dentro de la filosofía china, las campanas son consideradas herramientas capaces de movilizar la energía estancada y limpiar vibraciones densas. Su sonido, aunque sea suave o se produzca de manera accidental al abrir la puerta, ayuda a mantener el Chi, la energía vital, en constante movimiento. Por eso, los especialistas en Feng Shui recomiendan ubicarlas en zonas de paso frecuente, como puertas y ventanas, y mantenerlas limpias, ya que son puntos clave de entrada y salida energética.

El color rojo de la cinta tampoco es una elección al azar. En el Feng Shui, el rojo simboliza protección, vitalidad, celebración, fuerza y buena fortuna. Al combinarlo con una campana, se potencia su efecto, creando un símbolo doble que actúa como un “filtro” energético porque bloquea las energías negativas y, al mismo tiempo, atrae alegría, oportunidades y prosperidad.

Por qué las campanas navideñas se colocan en la puerta

La puerta principal es considerada la “boca del Chi”, el lugar más importante del hogar desde el punto de vista energético. Colocar allí una campana con cinta roja durante la Navidad ayuda a proteger la casa, activar la energía positiva al inicio de un nuevo ciclo, favorecer la armonía familiar y atraer buena fortuna para el año que comienza.

Las campanas son consideradas herramientas capaces de movilizar la energía estancada según el feng shui.

Más allá de las creencias personales, este pequeño ritual combina tradición, simbolismo e intención. Es una forma de marcar el cierre de un año y la apertura de otro con energía renovada, buscando que la paz, la prosperidad y los nuevos proyectos encuentren un hogar dispuesto a recibirlos.